Estudios recientes relacionan el ejercicio físico con un efecto protector frente a la aparición del glaucoma.
Los investigadores hallaron que la actividad deportiva parece proveer un beneficio a largo plazo, disminuyendo la incidencia de baja presión de perfusión ocular, un importante factor de riesgo del glaucoma.
Encontraron que existe una asociación entre el estilo de vida sedentario y los factores que aumentan el riesgo de desarrollo de glaucoma.
Realizar ejercicio de forma regular y mantener un estilo de vida activo protege la vista, sobre todo si se acompaña de medidas como evitar el tabaquismo y mantener un peso saludable y una dieta sana y variada.