Una de las afectaciones más frustrantes tanto para los pacientes como para sus oftalmólogos era – hasta hace unos pocos años- la degeneración macular relacionada con la edad (DMRE), ya que una vez diagnosticada no había solución eficaz para salvaguardar la vista.
Es una enfermedad con no poca penetración en la población general que básicamente destruye la parte central de la retina (a la que anatómicamente llamamos “mácula”) por lo que los pacientes pierden la capacidad de leer o ver las caras de los demás – ambas manifestaciones muy difíciles de sobrellevar psicológicamente, sobre todo porque suele afectar ambos ojos.
Recientemente, gracias a la investigación médica y a la bioingeniería farmacológica, tenemos métodos cada vez más potentes para el diagnóstico y su tratamiento.
Lo que es importante saber:
-La DMRE – tal y como su nombre lo indica, suele aparecer después de cierta edad (generalmente a partir de los 50).
-Se hereda con facilidad y la propensión a padecerla se puede detectar mucho antes de que se manifieste sintomáticamente y altere la visión del paciente.
-Los hábitos tóxicos (sobre todo el tabaco) empeoran considerablemente su evolución.
-La prevención, a través del seguimiento oftalmológico cuando se conocen antecedentes familiares, puede salvar la vista.